Mas descanso de nunca para Cristiano
El Real Madrid es el equipo de la Champions y Cristiano Ronaldo
también. El club tiene el récord de títulos y su estrella el récord de
goles. Insaciables, mientras sus aficionados lloran por el dos de ocho que registran los blancos en el campeonato nacional, Zidane y Cristiano se han aliado para ampliar el histórico tres de cuatro que mantienen actualmente. Tres Champions League consecutivas colocaría al Real Madrid de Zinedine Zidane en el primer escalón de la historia de Europa, compartiendo mesa con equipos como el Ajax de Cruyff, el Milán de Sacchi... y, por supuesto, el Madrid de Di Stéfano.
En este aspecto, francés y portugués no se esconden. Antes de la llegada de Zizou al banquillo del primer equipo, Cristiano se había quedado fuera de una convocatoria por decisión técnica en once ocasiones. En la 2016/17, Ronaldo descansó en ocho jornadas entre Copa y Liga, y en esta 2017/18 ya acumula once. En nueve meses de competición ya iguala las siete temporadas pre-Zidane. Y este hecho no solo llama la atención cuantitativamente, también cualitativamente: los cinco descansos de Cristiano en esta Liga han sido desde mediados de febrero, cuando empezaron las rondas eliminatorias de la Champions.
Hasta la ida contra el PSG y desde que cumpliese la sanción de la Supercopa de España, jugó los diecinueve partidos de Liga (más los dos del Mundial de Clubes). Curiosamente, en este periodo de septiembre a febrero marcó los mismos goles (12) que desde que comenzó a descansar en Liga. La misma producción en seis partidos que en diecinueve. Por supuesto, esto no es casualidad.
Lejos ha quedado aquel Cristiano que despuntó en la Premier respondiendo al perfil de extremo moderno. Y no solo ha cambiado su edad, también su físico. Mucho más pesado, este Ronaldo ya no es capaz de desbordar constantemente a su lateral, ni por técnica, ni por velocidad. Su cuerpo ha pasado de esquivar a los rivales a no temer su choque. Aunque sigue partiendo desde la banda -o al menos escorado- sus movimientos son mucho más cortos que en su juventud, donde la potencia física estaba más enfocada a la velocidad en carrera y a la fuerza del disparo. Ahora, el nuevo rol de Cristiano debe priorizar su preparación física para una aceleración que deje atrás a cualquier defensa en sus desmarques y para una resistencia que le permita llegar a los meses de primavera en plenitud. El portugués no olvida que vio la final de Copa 2014 desde la grada y la forma en la que llegó a Lisboa.
En este aspecto, francés y portugués no se esconden. Antes de la llegada de Zizou al banquillo del primer equipo, Cristiano se había quedado fuera de una convocatoria por decisión técnica en once ocasiones. En la 2016/17, Ronaldo descansó en ocho jornadas entre Copa y Liga, y en esta 2017/18 ya acumula once. En nueve meses de competición ya iguala las siete temporadas pre-Zidane. Y este hecho no solo llama la atención cuantitativamente, también cualitativamente: los cinco descansos de Cristiano en esta Liga han sido desde mediados de febrero, cuando empezaron las rondas eliminatorias de la Champions.
Hasta la ida contra el PSG y desde que cumpliese la sanción de la Supercopa de España, jugó los diecinueve partidos de Liga (más los dos del Mundial de Clubes). Curiosamente, en este periodo de septiembre a febrero marcó los mismos goles (12) que desde que comenzó a descansar en Liga. La misma producción en seis partidos que en diecinueve. Por supuesto, esto no es casualidad.
Lejos ha quedado aquel Cristiano que despuntó en la Premier respondiendo al perfil de extremo moderno. Y no solo ha cambiado su edad, también su físico. Mucho más pesado, este Ronaldo ya no es capaz de desbordar constantemente a su lateral, ni por técnica, ni por velocidad. Su cuerpo ha pasado de esquivar a los rivales a no temer su choque. Aunque sigue partiendo desde la banda -o al menos escorado- sus movimientos son mucho más cortos que en su juventud, donde la potencia física estaba más enfocada a la velocidad en carrera y a la fuerza del disparo. Ahora, el nuevo rol de Cristiano debe priorizar su preparación física para una aceleración que deje atrás a cualquier defensa en sus desmarques y para una resistencia que le permita llegar a los meses de primavera en plenitud. El portugués no olvida que vio la final de Copa 2014 desde la grada y la forma en la que llegó a Lisboa.
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